Misión urgente: Elegir un andador para la abuela, ya no puede caminar de otra manera.

Misión imposible: Conseguir que el andador que elija, lo use y le guste.

Existe un momento en la vida de un anciano, en el que llevar bastón ya no es seguro. Necesita el apoyo del bastón y además agarrarse de otra persona.

Esto significa que necesita dos apoyos. La ayuda técnica para caminar por excelencia con dos apoyos se llama ANDADOR, y no hay más.

La abuela no querrá ningún andador, porque eso significa que es aún más vieja o discapacitada, que llevando un bastón. Además el bastón puede ser un bastón de mando, pero el andador ya da peor imagen entre los vecinos.

Yo siempre les digo para intentar sacarles una sonrisa: "ya verás, con esto vas a ligar mucho, todo el mundo te pregunta qué te ha pasado".

Mi abuela Virgilia hace ya más de 2 años que necesitaría un andador. Podéis imaginar que teniendo nosotros una tienda de ayudas técnicas, se los he llevado de todos los colores posibles, con asiento, con 4 ruedas, con sólo 2, más ligero, más pesado,... en fin. Eso por no hablar de que sus dos hijas mayores ya han tenido lesiones en el hombro con rehabilitación requerida, por tanto tirar de ella cuando salena pasear. Ella sigue sin aceptarlo, y cuando está sola, sale a la calle con el carro de la compra. Por supuesto, va vacío y lo lleva por delante para poder caminar, porque va muy encorvada, pero así en el pueblo nadie sabe, si va a hacer la compra, o lo lleva en realidad de andador.

Con esto no quiero desanimar, hay personas mucho más dóciles y conscientes de la falta que les hace que mi abuela. Y para conseguir satisfacer al máximo sus expectativas, hay que elegir bien.

En primer lugar, es imprescindible saber la patología de base.

También el peso de la persona que lo va a usar.

Y por supuesto el uso que le va a dar. Este tema puede ser incierto, porque se supone que se acaba de caer, de operar o acaba de empeorar por el motivo que sea. Pero tendremos en cuenta su vida anterior y sobre todo su actividad social.

Por ejemplo, si es una persona con Parkinson, y tiene temblor, necesita un andador que pese. Por tanto, el aluminio lo descartamos. Nos decantaríamos por el acero o el hierro.

Igualmente, si pesa casi 100 kgs, lo mismo, el acero o el hierro.

Si por el contrario, es una persona muy frágil, que apenas tiene fuerza, es mucho mejor el aluminio.

Si tiene capacidad de sentarse y levantarse, puede ser útil un andador con asiento, aunque la mayoría de las veces usan más bien el asiento como bandeja, para llevar cosas encima.

Si el andador es para salir a la calle, es indispensable que tenga 4 ruedas. Ellos siempre piensan que con 4 ruedas el andador se les va a ir para adelante y se van a caer. Esto no es así. Los andadores de 4 ruedas, también llamados Rolator, siempre llevan freno, o bien en la empuñadura, que se acciona como el freno de una bicicleta, o bien el llamado freno por presión. Este freno por presión consiste en que las ruedas traseras llevan un muelle en la parte inferior y al apretar contra el suelo, el andador apoya la pata en el suelo, con su correspondiente gomita o contera, así que son completamente seguros. En esto quiero hacer mucho hincapié. No cometáis el error de comprar un andador con ruedas delante y patas detrás si va a salir a la calle, porque las aceras son como una lija y se comen la gomita (contera) en media hora más o menos.

Se venden los kit de ruedas para las patas traseras si ya habéis metido la pata en este sentido, pero hay que pegarlos o taladrarlos, y es más trabajoso que hacer las cosas bien desde el principio.

Si la persona no va a salir de su casa ya, por mucho andador que maneje, entonces sí que podéis comprar un andador con ruedas delante y patas detrás.

Por último hay unos andadores que no llevan ruedas. Se conocen menos, pero son tipo jaula y al meterse el usuario prácticamente dentro del andador para caminar, puede sentirse más seguro. Dentro de estos, unos hay que levantarlos a pulso cada vez que va a dar un paso, como el que levanta las muletas para andar, y otros se van deslizando lateralmente en oblicuo, haciendo el paciente un movimiento como el que hace esquí de fondo o se sube en una elíptica (caminadores de pasos).

Además de tener en cuenta al usuario, hay que ver los sitios por los que tiene que pasar el andador. Me refiero a las puertas que son más estrechas de lo normal y los pasillos que tienen muebles en el medio que estrechan las zonas de paso. Habitualmente las puertas tienen un hueco de 60 cms, pero antiguamente en algunos cuartos de baño las ponían de 50 cms. Cercioraros bien de la puerta más estrecha por lo que pueda pasar. A veces hay que sacrificar la opción del asiento por tema de espacio. Los andadores con asiento son irremediablemente más anchos que los que no lo llevan.

De todas formas, si aun teniendo toda esta información, os da miedo comprar un andador y que la abuela os lo ponga de sombrero, siempre podéis alquilar uno con las carácterísticas más deseables para ella, y si finalmente lo acepta (aceptar la falta que uno tiene es muy duro, ya os acordaréis de mí cuando lleguéis a viejos), entonces lo compráis y en Atemprana os descontamos del precio de compra lo que hayáis pagado de alquiler.

Podéis solicitar más información en el teléfono 91 404 48 33.