Con el buen tiempo queremos a salir a pasear, pero para las personas que tienen movilidad reducida, es más complicado ya que a veces tienen que estar dependiendo de una persona que las empuje.

Para este problema hay una solución. Si la persona tiene la posibilidad de conducir, son muy prácticos los scooter ya que tienen una autonomía de 25km así como las sillas eléctricas.

Si estamos haciendo un viaje o necesitamos poder meterlos en un coche para una excursión, existen sillas eléctricas plegables que se pueden cargar en el maletero, sin necesidad de tener un coche adaptado.

Otra opción es convertir una silla de ruedas manual, en una silla eléctrica, acoplándole un motor de acompañante. En este caso, la persona que conduce no es la que va sentada, sino la que va por detrás empujando la silla. Con la salvedad de que no tiene que hacer ningún esfuerzo, ya que es el motor el que empuja la silla.  El motor de acompañante es de extracción rápida y se puede transportar fácilmente también en un coche. Esta opción siempre es más asequible que la silla eléctrica.